Rubén se formó como defensor de los trabajadores y trabajadoras en la escuela de matanceros, una línea que se reunía en los portones de las empresas básicas del estado de Guayana, para repartir información sobre los derechos laborales entre los trabajadores de estas empresas. Otra característica que identifica el trabajo de Rubén es su fé. Es líder religioso cristiano evangélico y esto ha sido fundamental en su carrera como sindicalista. Desde 2008 hasta 2016 fue secretario general del Sindicato de Trabajadores de la CVG Ferrominera Orinoco. A partir de su actividad como sindicalista en esta organización, comenzó a ser perseguido por sectores políticos y estatales.
En agosto de 2009, Rubén hizo parte de la organización de una huelga pacífica en la que participaron más de 2000 trabajadores. El motivo de esta movilización tenía que ver con los incumplimientos de la empresa sobre la convención colectiva lograda un año antes. En septiembre de ese mismo año fue puesto bajo arresto domiciliario y, en noviembre, fue sentenciado por el Tribunal Sexto de Juicio por “los supuestos delitos de agavillamiento, instigación a delinquir, restricción a la libertad del trabajo y violación de zona de seguridad”. Al año siguiente, en 2010, lo trasladaron a la sede policial Patrulleros de Coroní. Varias organizaciones, entre ellas Provea, miembro de OdeVida, exigieron su liberación y denunciaron las irregularidades y la arbitrariedad en su captura y juicio. Fue puesto en libertad en 2011 junto a otros líderes sindicales.
En 2018 nuevamente fue apresado, en esta ocasión, tras un juicio del Tribunal Militar, a pesar de que Rubén es un civil. Durante esta detención, Rubén presentó graves afectaciones a su salud, pero la atención médica le fue negada. De nuevo, organizaciones sociales, Provea entre ellas, alertaron a la comunidad internacional y las organizaciones defensoras de DDHH sobre la situación, solicitando apoyo para exigir su liberación. En 2020, un indulto presidencial permitió su excarcelación. Rubén cuenta que las veces en que ha sido detenido le han exhortado a aceptar los cargos para que no se le aplique ninguna pena, pero él defiende la legalidad de su trabajo. Sus exigencias, enfatiza, no son peticiones de favores, sino demandas por el cumplimiento de lo que está establecido en la constitución.
Sueña con que la democracia en Venezuela pueda ser cada vez más participativa y que se lleven a cabo elecciones “libres y transparentes de la Asamblea Nacional y la presidencia, con un CNE confiable”. Por ello, a pesar de saberse bajo constante amenaza de ser nuevamente detenido, continúa realizando activismo por los derechos de los trabajadores y trabajadoras, especialmente en el estado de Guayana, pues sostiene que para lograr esto es necesaria la unidad de los trabajadores.