Daniel Cundumí

En la comuna 5 en Tumaco, Nariño, dos jóvenes buscan fortalecer la identidad cultural mediante el impulso de proyectos productivos artísticos y sostenibles. Daniel y Edison conforman el Movimiento Juvenil para el Desarrollo Comunitario, organización que trabaja con madres cabeza de hogar, niños, niñas y jóvenes del barrio. El Movimiento Juvenil para el Desarrollo Comunitario hace parte del proceso de la Asociación Somos Germanos de la Costa Pacífica Nariñense, proceso que cuenta con el apoyo y acompañamiento de PARES y de la Embajada de Noruega. 

Daniel es trabajador social y, aunque dice que no ejerce porque prefiere el trabajo en el campo al trabajo en oficina, es un líder activo que trabaja por su comunidad. Cuando tenía quince años se vinculó por primera vez a un proceso de gestión comunitaria: en un proyecto llamado Caja Mágica, en su colegio, que era gestionado por una organización externa. Durante cinco años hizo parte de varios procesos comunitarios, como Notiparche y otras iniciativas lideradas por mujeres. “Creo que yo era el único hombre”, recuerda.  

Esta labor ha ido fortaleciendo las capacidades de gestión de Daniel y la confianza que su comunidad tiene en él. Tanto así, que, al cabo de esos cinco años, en 2016, fue elegido presidente de la Junta de Acción Comunal; y su compañero, Edison, edil. Desde la Junta de Acción Comunal, Daniel y Edison se han acercado a diferentes sectores sociales para fortalecer la participación de la comunidad en espacios políticos, a la vez que continúan impulsando y formulando proyectos productivos. “Lo importante es aportar a la sociedad”, dice Daniel.  

Para él, el principal factor de riesgo que vive la gente de la Comuna 5 en Tumaco es la falta de empleo. En atención a esta problemática, el Movimiento Juvenil para el Desarrollo Comunitario apoyó la realización de un proyecto en el que las madres cabeza de hogar sembraron 35000 matas de mangle para restauración y aprovechamiento. Este proyecto, destaca Daniel, tuvo un doble impacto positivo: por un lado, aporta a la sostenibilidad económica de las mujeres que hicieron parte y, por otro, ayuda a recuperar el ecosistema de manglar. “Como dicen, matamos dos pájaros de un tiro”.  

Esta y otras estrategias adelantadas por estos dos jóvenes tienen la constante de ser pensadas en clave solidaria para que toda la población pueda hacer parte de un mercado circular. Es así que, actualmente, están en proceso de formulación del proyecto “Banco de alimentos”. Un sistema en el que los niños, niñas y jóvenes puedan proveer los residuos aprovechables a un mecanismo centralizado de acopio para la venta de estos materiales en los sectores de la industria que pueden reingresarlos a la cadena de producción. De acuerdo al peso del material que los niños, niñas y jóvenes retornen, tendrán una especie de crédito traducible en elementos varios como útiles escolares o deportivos. Además de estos proyectos, el Movimiento Juvenil para el Desarrollo Comunitario realiza acompañamiento permanente a los y las jóvenes del barrio en la búsqueda de vacantes en diversos oficios.  

También, han ideado escenarios comunitarios para la creación y la expresión artística libre, que han recibido apoyo de organizaciones cooperantes como la OIM. Todos los jueves en el parque Nariño, se reúnen jóvenes de la Comuna y de otros lugares para participar de True Freestyle, un espacio inclusivo de improvisación. El mismo Daniel es compositor y hace parte de WH La Banda Y los domingos, infaltablemente, organizan torneos de fútbol entre las veredas. Daniel cuenta que de esta forma aportan a fortalecer el tejido social entre los habitantes.  

El sueño de Daniel es que gracias a estos espacios las mujeres, los niños, niñas y jóvenes encuentren en el arte, la cultura y la sostenibilidad una forma de cumplir sus propios sueños, al tiempo que mantienen viva la identidad cultural de Tumaco.