Por Lleva 30 años trabajando por mejorar las condiciones de vida de las mujeres y las comunidades negras en el Cauca. Es presidenta de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM) y administradora de empresas. Participó en la Red de Organizaciones de Base del Norte del Cauca, en la que distintas organizaciones defensoras de los diez municipios de esta región emprendían actividades por la defensa de los derechos de las comunidades oprimidas por cuestiones raciales y de clase.
El trabajo comunitario de Clemencia se cimienta en la solidaridad y la juntanza. Por ejemplo, organizó procesos de transformación de alimentos con el grupo Flor del Campo en la vereda La Balsa, de donde es oriunda, para aprovechar mejor los frutos que las mujeres cultivaban en sus viviendas, y fortalecer así la estabilidad económica de ellas. Estos procesos de transformación de alimentos pudieron ser replicados en otras veredas, en articulación con iniciativas sociales por la recuperación de la tierra. Así inició ASOM, como una red de mujeres voluntarias que, al día de hoy, reúne alrededor de 2300 mujeres y tiene tres líneas de trabajo. La primera, por la defensa de los derechos étnicos y territoriales, en la cual realizan procesos de formación sobre legislación étnica, violencias basadas en género, acceso a la justicia, conocimiento del Acuerdo de Paz y acciones para su implementación. La segunda línea de ASOM busca el desarrollo económico de las comunidades de trabajo; vela por la soberanía alimentaria de las mujeres mediante proyectos de fortalecimiento técnico y el aprovisionamiento en insumos para los cultivos familiares. Finalmente, la tercera línea propende por el impulso del trabajo organizativo en las veredas del Norte del Cauca; dentro de esta se inscribe la Escuela de Mujeres Constructoras de Paz. Clemencia también trabaja desde el Proceso de Comunidades Negras, el Palenque Alto Cauca.
De los proyectos que Clemencia ha liderado para la construcción de paz, destaca la plataforma Voces Valientes; un compendio de testimonios y reflexiones transmedia muy recomendado desde PARES. Esta plataforma es una apuesta por la reconstrucción del tejido social y la reconciliación, a partir de la visibilización de las violencias particulares que atravesaron la experiencia vivida por estas mujeres en el marco del conflicto armado interno. Esta plataforma se enmarcó en los aportes que dio la vereda La Balsa al trabajo misional de la Comisión de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, y fue realizado por ASOM con apoyo de Women’s Link WorldWide.
Además del trabajo regional, Clemencia Carabalí ha participado en espacios de nivel internacional como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en donde denunció las violencias que sufren quienes defienden los Derechos Humanos en Colombia. Ella misma, junto a varios líderes y lideresas del Cauca, fue objeto de un ataque directo con granadas y armas de fuego en un espacio de construcción del que participaba también la candidata vicepresidencial del Pacto Histórico, Francia Márquez. Este ataque sucedió en el año 2018, en medio del impulso económico que propició el gobierno nacional al sector minero en el Cauca, especialmente dirigido a la inversión extranjera. Clemencia Carabalí, Francia Márquez y otros defensores y defensoras de los Derechos Humanos en este departamento han denunciado y movilizado a la comunidad en contra de la minería legal e ilegal, pues esta representa unos costos ambientales irrecuperables que ponen en riesgo la vida de quienes habitan estos territorios.
Esta labor en defensa de los derechos humanos, la mejora de condiciones de vida para las mujeres y las comunidades negras, y sus aportes para la construcción de paz territorial, le ha merecido reconocimientos dentro y fuera del país. Fue ganadora del Premio Nacional a la Defensa de Derechos Humanos 2019-2020 como Defensora del Año. Y, más recientemente, el 8 de marzo de 2022, día internacional de la mujer, recibió el premio Woodrow Wilson de Servicio Público.
Entre sus planteamientos, Clemencia Carabalí sostiene que existe una relación directa entre la opresión y la discriminación racial y las inequidades en la calidad de vida. Así, dentro de su lucha se encuentra el acceso a los servicios públicos, a la educación, la salud, la infraestructura vial y demás condiciones básicas de la vida digna para todas las poblaciones del norte del Cauca.